GENERALIDADES Y CONSEJOS
Lo primero y más importante que hay que terner en cuenta es que
el aerógrafo, no es una herramienta sustitutoria del pincel, es una ayuda o complemento al mismo.
Los Pigmentos
Las pinturas acrílicas de marcas, como Tamiya o Gunze Sangyo, poseen un pigmento de grano muy fino, válido para aerógrafos con boquillas pequeñas (0,2 mm.). La mayoría de los aerógrafos traen este tamaño por defecto.
Si pretendemos utilizar pigmentos de Vallejo, Andrea, Citadel, Adithes, etc…, al ser su grano más grueso, la boquilla ideal para que la pintura fluya correctamente sería de al menos 0,4 mm. (como en el aerógrafo Evolution de Chaves).
DISOLVENTES
Lo ideal es emplear diluyentes específicos para cada tipo de pintura, aunque el disolvente para acrílicos de Tamiya (X-20A Thinner) o el de Gunze Sangyo (Mr Color Thinner 110), es válido para cualquiera de estas pinturas indistintamente.
En el caso de emplear colores específicos para pincel (Vallejo, Andrea, Citadel, Adithes, etc…), el diluyente será cualquiera de los dos anteriores, mezclados al 50% con agua.
¿Dónde se realizan las mezclas?
Cuando debamos aplicar una gran cantidad de pintura, un lugar idóneo para realizar las mezclas son los cilindros para carretes fotográficos. En la mayoría de los casos, el propio vaso metálico o cazoleta del aerógrafo, será el mejor sitio de preparación.
Proporciones de Diluyente y Pintura
La proporción depende del trabajo que vayamos a realizar. Si lo que pretendemos es dar una imprimación o aplicar un color determinado, la consistencia deberá ser parecida a la de la leche.
Un truco para acertar con esta proporción, es mojar con un palillo, o con la punta de un pincel, en el pocillo de la mezcla, y posicionar el mismo en una superficie vertical lisa (el mismo pocillo vale). Si la gota de pintura depositada, discurre a velocidad homogénea hacia abajo, hemos acertado, si permanece en la posición o si discurre con excesiva fluidez, deberemos añadir más disolvente o más pintura, respectivamente. Otra opción, es tener siempre a mano un folio limpio, y probar en él antes de dirigir nuestros “tiros” a la propia figura, para comprobar que tanto la proporción de pintura o como la presión del aire nos proporcionan trazos finos y uniformes.
Cuando el trabajo o efecto a conseguir sea un determinado tono o transparencia sobre un color ya imprimado, la cantidad de diluyente deberá ser mayor, algo parecido al “agua manchada”.
Una cantidad de pigmento superior a la de diluyente, nunca es aconsejable, salvo para conseguir determinados efectos concretos, que veremos más adelante.
La Presión del Aire
La presión del aire, para realizar los trabajos generales de pintura debe oscilar entre 1 y 2 bares. Cuando un proceso determinado requiera un trabajo de precisión (arrugas puntuales, perfilados, piezas pequeñas, etc…) la presión fluctuará entre 0,5 y 1 bar.
Un truco, para poder realizar más fácilmente estos trabajos de precisión, es quitar la boquilla de protección del aerógrafo, para que la aguja del mismo nos sirva de “punto de mira”.
Errores más comunes
Los fallos más comunes serán las “culebrillas”, provocadas por el exceso de disolvente o de presión de aire. Hay que tener en cuenta que cuanto más nos acerquemos con la boquilla a la superficie a pintar, la presión de aire deberá ser menor.
El otro defecto más habitual, viene producido por el exceso de pigmento o por una presión de aire insuficiente; en este caso la “nube” que salga del aerógrafo provocará salpicaduras y acabados granulosos.
Acabados (mates y satinados)
La mayoría de los colores mencionados, proporcionan un acabado mate. No obstante hay que tener en cuenta que las referencias X de Tamiya (las XF: acabado mate), y la inmensa mayoría de las Gunze aportan acabados satinados.
Por tanto, si queremos terminaciones mate, deberemos añadir unas gotas, a la mezcla o color en cuestión, de Flat Base (X-21 de Tamiya) o barniz mate (X-20 de Gunze). Otra posibilidad, sería barnizar la figura o zona de la misma, con barniz mate, una vez finalizado el proceso de pintura.
Enmascaramientos
Aunque en la mayoría de los casos no será necesario enmascarar zonas ya pintadas, con el fin de preservarlas de trabajos con aerógrafo posteriores, cuando si sea necesario, la cinta a emplear debe ser de buena calidad (baja adherencia), la más recomendable es la de Tamiya.
Otro aspecto a recalcar, es que el enmascaramiento de las zonas ya pintadas debe ser exhaustivo y minucioso, pecando por exceso antes que por defecto, ya que el aire cargado de pintura, que sale por la boquilla del aerógrafo, es caprichoso y buscará con ahínco, el más mínimo resquicio por donde poder introducirse y, con ello, destrozar el trabajo realizado con anterioridad.
sábado, 20 de febrero de 2010
miércoles, 10 de febrero de 2010
CUIDADITO CUANDO PINTES TU CARRO
Bueno aca les dejo este link muy bueno para que vean y analizen cuando quieran pintar su carro. Miren......
martes, 9 de febrero de 2010
Crean el primer transistor orgánico que imita el funcionamiento de las neuronas
Crean el primer transistor orgánico que imita el funcionamiento de las neuronas
Se basa en una propiedad neuronal llamada plasticidad, que modula la percepción de los estímulos con el medio.
Un equipo de investigación francés ha creado un transistor orgánico que podría abrir paso a una nueva generación de ordenadores capaces de responder de una manera similar a la del cerebro. La gran innovación de este nuevo transistor, al que han bautizado como NOMFET (Nanoparticle Organic Memory Field-Effect Transistor), consiste en la combinación de un transistor orgánico, basado en moléculas de pentaceno, con nanopartículas de oro. Por Elena Higueras.
My Brain Circuits. Sock.xchng.
Científicos del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) y de la CEA (Commissariat à l'Énergie Atomique) han desarrollado el primer transistor capaz de imitar la forma en la que los sistemas biológicos, como las redes neuronales, operan para crear nuevos circuitos electrónicos, según se explica en un comunicado del CNRS que recoge asimismo www.alphagalileo.org. El estudio ha sido publicado en la revista Advanced Functional Materials.
Un transistor es el elemento básico de un circuito electrónico. Se comporta como un interruptor (que transmite o no una señal), pero además puede ofrecer otras funcionalidades, como la amplificación de la misma. La gran innovación de este nuevo transistor, al que han bautizado como NOMFET (Nanoparticle Organic Memory Field-Effect Transistor), consiste en la combinación de un transistor orgánico, basado en moléculas de pentaceno, con nanopartículas de oro.
“Efecto memoria”
Las nanopartículas de oro, recubiertas con pentaceno, poseen una propiedad especial que les permite simular la función de una sinapsis, es decir, del proceso de comunicación entre dos neuronas, durante la transmisión de sus impulsos eléctricos. Esta particularidad, denominada plasticidad, consiste en una especie de “efecto memoria”. Es la responsable de que la neurona sea capaz de “aprender” a asociar el estímulo (la señal que recibe) con sus “consecuencias” (lo que debe que hacer cuando lo recibe). Así, la neurona va optimizándose poco a poco, de modo que necesita “trabajar” menos para generar la misma respuesta ante un estímulo que ya conoce.
La plasticidad consigue que el componente electrónico pueda evolucionar en función del sistema en el que se coloca. Hasta ahora, para imitar esta plasticidad, eran necesarios siete transistores CMOS (un tipo de tecnología usada para fabricar la mayoría de los circuitos integrados, como microprocesadores o memorias).
Este nuevo transistor orgánico abre camino a nuevas generaciones de ordenadores “neuro-inspirados”, capaces de responder de una manera similar a la del sistema nervioso. A diferencia de las computadoras de silicio, ampliamente utilizadas en informática de alto rendimiento, los ordenadores “neuro-inspirados”, podrán resolver problemas mucho más complejos, como el reconocimiento visual.
Dominique Vuillaume, investigador del Instituto de Electrónica, Microelectrónica y Nanotecnología del CNRS y uno de los autores del estudio, afirma que el objetivo de NOMFET es conducir a una “respuesta colectiva como la que puede proporcionar una red neuronal integrada por múltiples informaciones”, lo que daría lugar a “sistemas tan flexibles que puedan ser programados por aprendizaje”.
La primera imagen de los átomos de una molécula
En agosto de 2009, científicos del laboratorio de IBM en Zúrich lograron visualizar por primera vez la imagen completa de los átomos de una molécula. Era el pentaceno, un tipo de compuesto orgánico con el que, meses más tarde, los investigadores del CNRS y de la CEA han conseguido crear el nuevo transistor NOMFET.
El pentaceno fue “fotografiado” gracias a un Microscopio de Fuerzas Atómicas (AFM), que permite ver y manipular la materia a dicha escala. La captación de su imagen supuso un avance significativo en el desarrollo de la electrónica molecular. Sin duda, un paso más para aumentar las prestaciones de dispositivos electrónicos como ordenadores o teléfonos móviles.
Se basa en una propiedad neuronal llamada plasticidad, que modula la percepción de los estímulos con el medio.
Un equipo de investigación francés ha creado un transistor orgánico que podría abrir paso a una nueva generación de ordenadores capaces de responder de una manera similar a la del cerebro. La gran innovación de este nuevo transistor, al que han bautizado como NOMFET (Nanoparticle Organic Memory Field-Effect Transistor), consiste en la combinación de un transistor orgánico, basado en moléculas de pentaceno, con nanopartículas de oro. Por Elena Higueras.
My Brain Circuits. Sock.xchng.
Científicos del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) y de la CEA (Commissariat à l'Énergie Atomique) han desarrollado el primer transistor capaz de imitar la forma en la que los sistemas biológicos, como las redes neuronales, operan para crear nuevos circuitos electrónicos, según se explica en un comunicado del CNRS que recoge asimismo www.alphagalileo.org. El estudio ha sido publicado en la revista Advanced Functional Materials.
Un transistor es el elemento básico de un circuito electrónico. Se comporta como un interruptor (que transmite o no una señal), pero además puede ofrecer otras funcionalidades, como la amplificación de la misma. La gran innovación de este nuevo transistor, al que han bautizado como NOMFET (Nanoparticle Organic Memory Field-Effect Transistor), consiste en la combinación de un transistor orgánico, basado en moléculas de pentaceno, con nanopartículas de oro.
“Efecto memoria”
Las nanopartículas de oro, recubiertas con pentaceno, poseen una propiedad especial que les permite simular la función de una sinapsis, es decir, del proceso de comunicación entre dos neuronas, durante la transmisión de sus impulsos eléctricos. Esta particularidad, denominada plasticidad, consiste en una especie de “efecto memoria”. Es la responsable de que la neurona sea capaz de “aprender” a asociar el estímulo (la señal que recibe) con sus “consecuencias” (lo que debe que hacer cuando lo recibe). Así, la neurona va optimizándose poco a poco, de modo que necesita “trabajar” menos para generar la misma respuesta ante un estímulo que ya conoce.
La plasticidad consigue que el componente electrónico pueda evolucionar en función del sistema en el que se coloca. Hasta ahora, para imitar esta plasticidad, eran necesarios siete transistores CMOS (un tipo de tecnología usada para fabricar la mayoría de los circuitos integrados, como microprocesadores o memorias).
Este nuevo transistor orgánico abre camino a nuevas generaciones de ordenadores “neuro-inspirados”, capaces de responder de una manera similar a la del sistema nervioso. A diferencia de las computadoras de silicio, ampliamente utilizadas en informática de alto rendimiento, los ordenadores “neuro-inspirados”, podrán resolver problemas mucho más complejos, como el reconocimiento visual.
Dominique Vuillaume, investigador del Instituto de Electrónica, Microelectrónica y Nanotecnología del CNRS y uno de los autores del estudio, afirma que el objetivo de NOMFET es conducir a una “respuesta colectiva como la que puede proporcionar una red neuronal integrada por múltiples informaciones”, lo que daría lugar a “sistemas tan flexibles que puedan ser programados por aprendizaje”.
La primera imagen de los átomos de una molécula
En agosto de 2009, científicos del laboratorio de IBM en Zúrich lograron visualizar por primera vez la imagen completa de los átomos de una molécula. Era el pentaceno, un tipo de compuesto orgánico con el que, meses más tarde, los investigadores del CNRS y de la CEA han conseguido crear el nuevo transistor NOMFET.
El pentaceno fue “fotografiado” gracias a un Microscopio de Fuerzas Atómicas (AFM), que permite ver y manipular la materia a dicha escala. La captación de su imagen supuso un avance significativo en el desarrollo de la electrónica molecular. Sin duda, un paso más para aumentar las prestaciones de dispositivos electrónicos como ordenadores o teléfonos móviles.
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